En el paintball un deporte en crecimiento en la Argentina
Un juego que suma adeptos y conquista los espacios laborales
¡Pum, pum, pum!, "¡dale, Marcos, tirale!", se oye a lo lejos, y un grupo de chicos disfrazados de militares corren a esconderse detrás de un par de tarros metálicos. Otros disparan pelotitas naranjas y amarillas mientras intentan robar la bandera verde fluorescente que flamea en el campo de batalla. Se trata de uno de los tantos campos de batalla que surgieron y se consolidaron en la ciudad y el conurbano como grandes atracciones de los fines de semana, y también los días laborables.
Aunque a la Argentina llegó hace 15 años, el paintball crece, suma adeptos y en los últimos dos años multiplicó los espacios que permiten practicarlo. Según la Asociación Argentina de Paintball (AAP), ya hay una veintena de campos en la Capital y el conurbano. Y la imagen naíf de niños vestidos de mameluco blanco con salpicaduras de pintura desaparece de un plumazo cuando se aterriza en el terreno: ropa de fajina, aspecto militar y estrategias de conquista. De hecho, este juego también forma parte de nuevas prácticas de trabajo en equipo en las empresas.
"De 2002 a 2005, la demanda aumentó de un 20% a un 30%, y en los últimos tres años, un 100%", asegura Fabio Canale, dueño de Ciudad Paintball. En la misma línea, Juan Pablo Viciconte, gerente de Area 51, un espacio de 55 hectáreas en Florencio Varela, dice que "cada día son más las llamadas de gente interesada, aun cuando con la restricción a las importaciones a veces faltan insumos y se hace difícil trabajar".
Pero ¿qué es el paintball ? Quien observe a los jugadores, pertrechados como marines , verá una guerra de juguete. Las reglas dicen que es un juego de rol en el que los participantes, para alcanzar distintos objetivos, deben "eliminar" a sus oponentes manchándolos con bolas de pintura biodegradable.
TAMBIÉN EN LA EMPRESA
En el paintball se recrean desde conflictos bélicos hasta enfrentamientos terroristas, y los jugadores se disfrazan para interpretar distintos personajes.
"Los días hábiles hay muchos cumpleaños y eventos empresariales en donde se buscan la integración y el trabajo en equipo para fortalecer los lazos entre los empleados. Durante los fines de semana, en cambio, quienes concurren son las familias y los grupos de amigos que buscan divertirse", cuenta Jorge Farrai, dueño de Buenos Aires Urban Paintball, otra de las opciones dentro de la ciudad.
Matías Ghidini, gerente general de la consultora Ghidini-Rodil, también señala que el paintball es una de las actividades preferidas por las empresas para reforzar los lazos entre los empleados. "Las estrategias de team building suelen desarrollarse en entornos crecientemente innovadores, y típicamente apuntan a construir capacidades como el trabajo en equipo, la comunicación efectiva, la coordinación, el planeamiento estratégico o la creatividad", dice.
"Para mí está bueno porque venís con amigos y, a diferencia del fútbol, esto es pura adrenalina", dice Pablo, de 14 años, mientras se acomoda la máscara y los guantes para ingresar al campo. Alfredo Viacava, que lo triplica en edad, mira desde lejos como si fuese él y no su hijo Juan Segundo el que dispara. "¡Me encanta! Es un juego dinámico y muy divertido. Se parece a la PlayStation, pero es más sano porque uno se ejercita en lugar de estar encerrado", señala.
Para Canale, una de las razones del crecimiento de este juego es que cualquiera puede practicarlo. "Durante dos horas pueden jugar los chicos, los padres y los abuelos. Lo único que se requiere es ser mayor de 13 años, por el tamaño de las máscaras protectoras."
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